Hace algún tiempo leí en un libro sobre una técnica bastante novedosa llamada mindfulness, o "atención plena" que consiste en algo así como vivir únicamente el momento presente, centrarse en lo que sientes, lo que ves en cada momento, aceptando las sensaciones tal cual vienen, el malestar tal y como se manifiestan, sin preocuparse más allá, sin juzgar, sin luchar. Concentrarse de forma activa en el momento presente. La técnica tiene bastantes reminiscencias del budismo.
Parece fácil ¿verdad? O eso podemos pensar cuando estamos tranquilos, relajados o haciendo algo con lo que disfrutamos. Lo difícil es ponerla en práctica cuando estamos estresados, o en situaciones de presión, o se nos acumula la "faena", los pequeños problemas de la vida, los contratiempos. Y es que no somos conscientes de la ansiedad y hasta qué punto nos afecta y de cómo los factores externos llegan a controlarnos y mantenernos en una situación de constante estrés. Y eso a la larga tiene consecuencias. En mi caso lo somatizo de ciertas maneras que tengo muy claras, y soy perfectamente consciente de cuándo he sostenido mi nivel de estrés más allá de lo tolerable durante demasiado tiempo, porque mi cuerpo al final se "queja".
Pero bueno, volviendo al mindfulness, como estos días mi cuerpo se me ha venido quejando, he decidido intentar ponerla en práctica: "no te estreses ni te enojes", "no pienses en lo que tienes que hacer después, ni en las otras preocupaciones", "céntrate en lo que estás haciendo, pon toda tu atención", "no luches contra tu malestar, acéptalo y sigue con tu actividad", "presta toda tu atención a la persona con la que estés hablando, escúchala, o se plenamente consciente de las cosas que estás haciendo o viendo, no te distraigas con pensamientos que no tienen que ver con el momento presente", "pon tu atención en las personas, las cosas que ves por la calle, no estés preocupada en lo que tienes que hacer después, o en lo que te pasó hace un rato y te hizo sentir mal".
Reconozco que es harto difícil conseguir vivir así en todo momento. Pero es verdad que en las escasas ocasiones que he conseguido seguir estas máximas, he sentido como me relajaba, me sentía mejor y ponía los problemas y demandas acuciantes en otra perspectiva muy diferente. Supongo que, como todo, será cuestión de práctica. Pero la técnica me parece muy interesante, por la simplicidad del concepto. En esta sociedad uno de los problemas que tenemos es que vivimos demasiado preocupados por el futuro, ya no lejano, sino también inmediato: nos pasamos el día haciendo planes, planes para las vacaciones, planes para mañana, planes para esta tarde... y también preocupados, preocupados por lo que haré el año que viene, por lo que tengo que hacer en el trabajo, por ese problema que todavía no puedo solucionar, por los recados que tengo que hacer, las tareas pendientes... y con todo eso en la cabeza ¿cuándo vivimos en realidad? ¿qué pasa con ese tiempo, el "ahora", que es lo único real?
En fin, reconozco que la entrada me ha quedado muy psicológico-filosófica. Pero es lo que mi cuerpo y mi mente me pedían AHORA escribir :) Aquí dejo enlaces a algún artículo sobre el mindfulness, para quien le interese probar a sumergirse en la experiencia y alcanzar su Zen.
http://medina-psicologia.ugr.es/cienciacognitiva/?p=127
http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=1340
