sábado, 18 de diciembre de 2010

Y otra vez los 902 ...

Ya escribí un post sobre la vergüenza de los 902 en este páis. Vuelvo al blog para compartir una información que me ha indignado enormente, yo que estaba plácidamente comenzando a distrutar de unos días de pacífico asueto navideño...

Se trata de este anuncio en Facebook (y mira que yo entro poco en Facebook) donde un operador de telecomunicaciones dice descaradamente "Contrátame un 902, que yo te daré 7,5 ctos. de los 12 que recibo por minuto de cada llamada que recibas en tu número":



Y aquí el enlace al que te redireccionan:
Web de Dialoga
Aunque en su web se cuidan muy mucho de publicitar esa información claramente...

¡Esto es una auténtica vergüenza! Así dan todas las empresas la atención al cliente que dan: claro, normal, si con cada minutito que te tienen con la musiquilla pegado al auricular cabreándote como un mono van haciendo caja cling-cling ¿qué aliciente tienen para atenderte de forma eficiente? Ninguno. Todo el mundo gana: el operador, la empresa, la macro-economía, los mercados, etc. Todo el mundo menos el pobre consumidor que cada vez está más desprotegido, paga más por todo, gana menos dinero y le timan en más sitios y ámbitos.

¿Y alguien hace algo? Pues NO, N-A-D-I-E. Al menos que yo sepa. Señores de la CMT y del Ministerio, hablemos claro: Esto es como un 806, 803, 807, pero muuuucho más chollo, porque la gente está totalmente desinformada y no tiene ni repijolera idea de cuánto le van a cobrar, y lo puede utilizar cualquier empresilla de tres al cuarto que le dé la gana para ganar dinerito, sin informar de nada a quien llama que al menos debería tener derecho a saber que si llama, por ejemplo digamos a Menganitos, S.A. cada minuto que le tengan al teléfono está "regalando" X ctos. a las arcas de Menganitos, S.A.

Esto tiene su gracia si, por ejemplo, es a tu operador de telecomunicaciones (digamos, Naranjita, S.A.) a quien llamas porque tienes la línea estropeada y estás indicándole esta incidencia desde tu móvil (allí si que te "sablan" bien), con el consiguiente cabreo que llevas y encima tienes que pagarles para que te restablezcan la línea, porque son unos inútiles y te dan un servicio de pena!!! Es inaudito que en un país supuestamente "serio" se permita esto.

Como mínimo se debería informar al consumidor de que le están ESTAFANDO cuando llama a estos números, que distan muuuucho de ser gratuitos, ni tan siquiera baratos y obligar a los operadores a publicitar el número geográfico equivalente.

Vuelvo a recordar que hay iniciativas como No más números 900 donde al menos puedes intentar encontrar alguno y ahorrarte un dinero nada despreciable ... que ya pagamos todos religiosamente nuestros como mínimo 40€ al mes para tener ADSL+llamadas (no somos precisamente de los países más baratos de Europa, ni de los que mejor calidad y velocidades ofertan sus operadores) para que encima te sableén también por otro lado ...

En fin, ya me he desfogado un poquito, intentaré imbuirme del espíritu navideño nuevamente ;)

viernes, 29 de octubre de 2010

Mindfulness

Últimamente estoy algo estresada y tengo el blog un poco abandonado. Fundamentalmente es por temas laborales y también algún tema que otro personal (líos familiares básicamente). Pero no quiero hablar de ello. Y mucho menos de trabajo (me he prometido a mí misma no hablar en absoluto de trabajo en este blog, eso esta vetado). Mi tema de hoy va a ser el estrés y qué se puede hacer para sobrellevarlo mejor.

Hace algún tiempo leí en un libro sobre una técnica bastante novedosa llamada mindfulness, o "atención plena" que consiste en algo así como vivir únicamente el momento presente, centrarse en lo que sientes, lo que ves en cada momento, aceptando las sensaciones tal cual vienen, el malestar tal y como se manifiestan, sin preocuparse más allá, sin juzgar, sin luchar. Concentrarse de forma activa en el momento presente. La técnica tiene bastantes reminiscencias del budismo.

Parece fácil ¿verdad? O eso podemos pensar cuando estamos tranquilos, relajados o haciendo algo con lo que disfrutamos. Lo difícil es ponerla en práctica cuando estamos estresados, o en situaciones de presión, o se nos acumula la "faena", los pequeños problemas de la vida, los contratiempos. Y es que no somos conscientes de la ansiedad y hasta qué punto nos afecta y de cómo los factores externos llegan a controlarnos y mantenernos en una situación de constante estrés. Y eso a la larga tiene consecuencias. En mi caso lo somatizo de ciertas maneras que tengo muy claras, y soy perfectamente consciente de cuándo he sostenido mi nivel de estrés más allá de lo tolerable durante demasiado tiempo, porque mi cuerpo al final se "queja".

Pero bueno, volviendo al mindfulness, como estos días mi cuerpo se me ha venido quejando, he decidido intentar ponerla en práctica: "no te estreses ni te enojes", "no pienses en lo que tienes que hacer después, ni en las otras preocupaciones", "céntrate en lo que estás haciendo, pon toda tu atención", "no luches contra tu malestar, acéptalo y sigue con tu actividad", "presta toda tu atención a la persona con la que estés hablando, escúchala, o se plenamente consciente de las cosas que estás haciendo o viendo, no te distraigas con pensamientos que no tienen que ver con el momento presente", "pon tu atención en las personas, las cosas que ves por la calle, no estés preocupada en lo que tienes que hacer después, o en lo que te pasó hace un rato y te hizo sentir mal".

Reconozco que es harto difícil conseguir vivir así en todo momento. Pero es verdad que en las escasas ocasiones que he conseguido seguir estas máximas, he sentido como me relajaba, me sentía mejor y ponía los problemas y demandas acuciantes en otra perspectiva muy diferente. Supongo que, como todo, será cuestión de práctica. Pero la técnica me parece muy interesante, por la simplicidad del concepto. En esta sociedad uno de los problemas que tenemos es que vivimos demasiado preocupados por el futuro, ya no lejano, sino también inmediato: nos pasamos el día haciendo planes, planes para las vacaciones, planes para mañana, planes para esta tarde... y también preocupados, preocupados por lo que haré el año que viene, por lo que tengo que hacer en el trabajo, por ese problema que todavía no puedo solucionar, por los recados que tengo que hacer, las tareas pendientes... y con todo eso en la cabeza ¿cuándo vivimos en realidad? ¿qué pasa con ese tiempo, el "ahora", que es lo único real?

En fin, reconozco que la entrada me ha quedado muy psicológico-filosófica. Pero es lo que mi cuerpo y mi mente me pedían AHORA escribir :) Aquí dejo enlaces a algún artículo sobre el mindfulness, para quien le interese probar a sumergirse en la experiencia y alcanzar su Zen.

http://medina-psicologia.ugr.es/cienciacognitiva/?p=127
http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=1340

viernes, 8 de octubre de 2010

La infidelidad

En mi entrada sobre los celos ya avisé de que la infidelidad da para hablar largo y tendido ... Así que heme aquí, pues hoy he tenido conocimiento de una historia de infidelidad bastante clásica, pero que no por eso me deja de piedra y empiezo a pensar si algún día conseguiré comprender del todo la naturaleza humana...
El caso es que una amiga me cuenta que una amiga suya acaba de enterarse de que su novio de un año y pico está liado con otra (y se ve que no es desde ayer, sino que llevan varios meses...).

El tío se lo ha montado muy bien: entre semana trabaja y queda con ella por las noches y el fin de semana se va a su pueblo porque quiere ver a la familia y es muy "hogareño" ... y claro, casi nunca la lleva a ella con él ¿por qué será? No hace falta ser muy avispado. El negocio es redondo, porque a la otra le dirá que si entre semana está muy cansado, o estresado o que si la abuela fuma y que solamente quiere quedar los fines de semana... En fin, hasta aquí el típico lío bígamo que a muchos tíos les encanta y les pone, y además les deja la conciencia muy tranquila porque "está muy bien hecho" y "no es culpa mía, yo quiero mucho a mi novia pero es que no lo puedo evitar". Para mí los mecanismos que operan en el cerebro de ese "macho alfa" son muy simples: el egoísmo en estado puro, el mirar solo por el disfrute particular de uno mismo, el desapego, el hedonismo y la falta de respeto y compromiso con una persona que te quiere y seguramente no te haría eso e incluso te lo llegaría a perdonar, y una buena dosis de cara dura y cinismo a partes iguales: "mientras no se entere no pasa nada, no sufre"(lo malo es que esta vez se ha enterado) ... Tal vez una relación que no marcha bien y me aburro pero no la dejo "porque estoy muy cómodo".

El funcionamiento del cerebro de la media naranja del interfecto (porque no merece otro calificativo) me parece más interesante y fascinante. Y es que esta chica tiene un problema grave: no está enfadada, ni furiosa, ¡ni parece celosa! -¿veis como los celos a veces no son tan malos? y en este caso están justificados- solamente le preocupa que él se enfade y la relación se malogre si le dice que lo sabe todo. Lleva varios días pensando qué hacer: si decírselo, no decírselo, hacer como si no pasase nada a ver si se cansa y deja a la otra ... parece que dejar esa relación tan destructiva no entra en sus planes.

Desde fuera se ve todo muy simple: "lo que tienes que hacer es dejarlo y punto, ese tío es un geta y no te quiere". Es de esas cosas que todo pitote ve tan claras, menos el que se encuentra envuelto en el embrollo. A mí no me ha pasado, o... bueno sí, cuando tenía 14 años me enteré de que mi noviete hacía un mes o así me la pegaba con otra en su pueblo, entonces le di una buena hostia y le dije "ahí te quedas" -mi jefe dice que soy muy "vehemente" y tal vez tenga razón, jeje. Quiero pensar que ahora también sería capaz de hacer algo parecido... En el pasado ya fui capaz de dejar una relación de 6 años porque al final me di cuenta de que había excesivo egoísmo en la otra parte y no me trataban como era debido -y no había cuernos ni nada grave de por medio, que si llega a haberlos no creo que hubiera llegado tan lejos en esa relación. Aunque reconozco que a veces se necesita tiempo, y pasar por confrontamientos varios, para tomar perspectiva desde dentro de la relación.

Bueno, volviendo al tema, la cosa es que encima de que te la están dando con queso a ti lo único que te preocupa es "que no se enfade, que no me deje, que deje a la otra..." en realidad el problema es una muy baja autoestima como persona, muy poco quererse a uno mismo, porque lo que te estás diciendo es "no merezco nada mejor", "si se va me quedaré sola, nadie me querrá", y una enorme dependencia del individuo en cuestión. Seguramente durante ese tiempo el tipo se ha hecho fuerte en la relación, ganando terreno poco a poco: "yo y mis circunstancias", "yo no quiero pasar más fines de semana contigo", "yo necesito ir al pueblo", "yo necesito esto", "yo decido aquello" ... "yo, yo y yo, y después también yo" ¿y dónde está el "nosotros"? Cuando se ha querido dar cuenta, esta chica ha visto como su "yo" ha desaparecido del mapa... De ahí a "yo necesito tener ligues para satisfacer mi ego machito" hay un solo paso ... al maltrato hay otro -no estoy diciendo que los infieles sean maltratadores ni muchísimo, no tiene nada que ver, pero es otra forma en la que se manifiesta el fenómeno del egoísmo y de ponerse por encima de la otra persona.

Y lo peor de la infidelidad no es el hecho en sí mismo: es la incertidumbre y desconfianza que se van haciendo fuertes "¿cómo fiarme de él, si ya me lo ha hecho una vez?". Una persona no puede vivir constantemente en ese estado de tensión y ansiedad, eso a la larga tiene un precio y se paga, y muy caro ... puedes perdonar una vez, dos, pero ... ¿cuántas más podrás? ¿y podrás soportar las dudas que te asalten siempre que no esté a tu lado? Pregúntatelo muy seriamente antes de seguir adelante con una relación marcada por la infidelidad... yo lo haría.

Conozco algunos casos de personas que se destruyen y se reconstruyen con las relaciones en función de los gustos de su pareja. Se olvidan de quiénes son -o eran- de sus gustos, sus intereses, e incluso sus amigos. Se centran en la otra persona, sus intereses, necesidades y apetencias, olvidándose de que el amor bien entendido empieza por uno mismo. Este es otro tipo de egoísmo un egoísmo saludable -el otro es un egoísmo interesado "pisoteador", que traspasa las barreras del respecto y el amor por la otra persona. ¿Cómo vas a querer a alguien si no te quieres a ti mismo ni un poquito? Eso es imposible, y cualquiera que diga lo contrario y piense que debe tolerar cualquier cosa de la otra parte contratante, porque es más valiosa, es que vive en una pseudo-relación de pareja muy poco saludable y probablemente auto destructiva y está perdiendo la gran ocasión de conocer algo mejor. Y cuanto antes tome conciencia de ello, mucho mejor para su felicidad y su salud mental y física en general.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Las grandes ventajas de los 902


Pues sí, como otros "grandes avances" tecnológicos, con los 902 claramente vivimos mucho mejor. La idea original de estos números inteligentes no es mala, sino todo lo contrario. En principio son muy útiles y, en aquellos tiempos cuando no existía la tarifa plana de que muchos disfrutamos ahora, y las llamadas interprovinciales eran carísimas, evitan que un usuario de Córdoba, por ejemplo, tenga que pagar mucho más que un madrileño por llamar a una gran empresa con la sede de atención al cliente en Madrid. Los servicios de red inteligente son muy útiles y tienen mucho sentido, pero en grandes empresas y corporaciones.

Pero, actualmente, los 902 han sido desvirtuados y se utilizan como un medio para sangrar al pobre consumidor hasta el tuétano. Ahora que ya consiguen sacarnos a muchos de nosotros de 40 euros para arriba en internet+llamadas nacionales, los grandes (y no tan grandes) operadores se han percatado de que, claro, han perdido ese dinerito en minutitos contantes y sonantes de tráfico de llamadas. Por eso, los grandes "gurús" han descubierto el rey midas de las llamadas de teléfono: "Como las llamadas nacionales no las cobramos ya... ¿por qué no sustituimos todo número posible por un 902?" Está fenomenal: ahora para llamar a la verdulería de la esquina hay que teclear un 902 ... (claro es que tiene 100 sucursales y 50 centralitas, y es necesario tener un 902 para gestionar todo eso).

La tarifa plana ha pasado a servir únicamente para llamar a tu madre y poco más. Y encima el incauto usuario del servicio telefónico a veces confunde los 902 con números 900 (gratuitos). Menos mal que cada vez estamos más avisados, y ya los tenemos más bien asociados a los 803 y 806 (más que nada porque las "facturitas" pueden venir colmaditas si te pasas mucho rato con el auricular a la oreja esperando a la señorita que te dice insistente "no se retire, en breve le antederemos").

Y mientras tanto los señores del Ministerio y de la CMT, mirando para otro lado y haciendo la vista gorda. Claro, es que los operadores pobrecitos tienen que vivir, que todavía no sablean bastante al usuario (aparte del pésimo servicio que dan muchos de ellos) ... y no nos engañemos, esto es algo que les da "dinerito fácil" y no van a renunciar a ello. Con lo fácil que sería obligarles a publicitar los números fijos que hay debajo del 902 ... Menos mal que hay iniciativas como "no mas números 900" que muchas veces dan resultado y te ahorran un dinero nada despreciable... pero manda güevos tener que perder el tiempo en internet buscando el tan preciado número 91, 93, etc. Viva la defensa de los derechos del consumidor en este país.

martes, 21 de septiembre de 2010

Menú del día 7,50 (incluye bebida, café y mala leche infinita)



Hoy he tenido el "placer" de comer en uno de esos "restaurantes de barri" al que, ya advierto de antemano, no tengo intención ninguna ni ganas de volver. La verdad es que hacía tiempo que no topaba con una camarera tan "borde". No daré el nombre del establecimiento, pues estoy intentado olvidarlo, y tampoco es plan de joder al prójimo y además, oiga, debo reconocer que mal no se comía y salía bastante económico el medio menú (es lo que me ha decidido a entrar, pues no tenía tanta hambre para un menú entero, lo cual es una suerte pues me ha librado de un primer plato con ese trato tan "cariñoso"). Pero como es llamativo y muy poco frecuente encontrar tal compendio de "lindeces" y tanta "gracia resalá" conjugados en una misma persona y un mismo día, no he podido por menos que escribirlo aquí. Porque me ha llegado al alma tanta antipatía junta y, más que enfadarme, al final la situación me ha divertido bastante (eso sí, diré que ya no he tenido arrestos para tomar café).

Bueno, comencemos. En primer lugar he de reconocer que me he personado en el local a horas un tanto intempestivas (las 3 y media pasadas) pero en mi descargo también diré que muy educadamente he preguntado si todavía era posible comer. A lo cual la protagonista de esta entrada me ha contestado con un lacónico "sí". He intuido que debía seguirla, y allí me ha dejado tirada en medio del comedor mientras ella buscaba unos cubiertos y el clásico mantelito de papel individual. Después me ha espetado con un tono bastante brusco que dónde quería sentarme y, como he dudado un segundo, la interfecta por su cuenta y riesgo ha decidido colocarme en la única mesa que daba la espalda a la tele -un gran detalle privarme de la tele, teniendo en cuenta que iba sola y el comedor estaba casi vacío- y además, bastante coja -la mesa, no ella, que tampoco era manca. Pero bueno, he visto que solo había anuncios y el típico telefilme de coger la siesta y he decidido que no valía la pena rechistar, no cosa fuera que la bruja sacara la escoba y me sacudiese, o me clavase el cuchillo de postre en los higadillos.

Tras esta calurosa acogida, mi simpática camarera me ha preguntado si estaba cómoda y todo era de mi agrado (es broma), y ha pasado a tomar nota. He pedido medio menú del día: chuletas a la plancha con verduras de guarnición (en el menú las opciones de guarnición eran ensalada, patatas fritas o verduras). Mientras tanto ha traído la bebida, con cara de no haber echado un kiki como dios manda en muuuuuucho tiempo, y un cestito de pan-goma con mosquitas de la fruta revoloteando por encima, a modo de acompañamiento (menos mal que mi religión me aconseja no comer mucho pan).

Tras unos agradables ejercicios de cuello para ver la tele, al son de un "plaf" en la mesa ha aterrizado el plato de chuletas, con ensalada y sin explicaciones. Cuando he osado valientemente preguntar por mis verduras, he obtenido una cara de mala baba y un "es que no había verdura de guarnición", acompañado de un implícito "¿es que eres tonta o qué? no me hagas perder el tiempo ...". Ya no he tenido el tamaño atrevimiento de pedirle la vinagrera para aliñar la ensalada y me he levantado yo misma a cogerla de otra mesa. Cuando volvía a mi sitio me he cruzado con mi simpática amiga, entorpeciendo su decidida marcha durante una milésima de segundo y ganándome una mirada de las que si matasen yo ya estaría bien tiesa y fulminada... He optado por refugiarme en mi plato, iniciando la danza-de-la-mesa-coja al ritmo del cuchillo contra la carne.

Eso sí, rapidez en el servicio no tengo queja ninguna: apenas estaba acabando de dar cuenta de mis chuletas y ya ha venido a tomar nota del postre, pillándome con la boca completamente llena. Situación harto incómoda, pues odio hablar en esas circunstancias, pero mucho más me incomoda tener a un genuino cardo borriquero plantado ante mí esperando respuesta. La tarta no era casera, pero el cardo me ha informado de que tenían una mousse de limón que sí lo era. Cuando me la ha traído he descubierto, maravillada, que era una mousse de limón casera con sabor a coco totalmente deliciosa (si llegarán a innovar hoy en día que han logrado hacer crecer cocos en los limoneros) y, de verdad, que ya me ha entrado la risa floja con todo aquello.

Finalmente he decidido que "café no quiero, gracias, ¿dónde se paga?" y, tras intentar la buena mujer cobrarme el precio del menú completo en lugar del medio menú, me he despedido huyendo cual alma que lleva el diablo de tan confortable y delicioso lugar, no sin antes prometerme a mí misma reunir muy buenos motivos antes de volver a osar cruzar su puerta. No me había encontrado con una camarera tan borde desde aquella vez que quisieron endosarme un yogur caducado bajo el pretexto de "no está caducado, ¡es que la fecha esa es del año que viene!" (previamente ya había endosado a una amiga un plato de coliflor suplantando a la col que ella había pedido, hay testigos).

Para compensar, a café me ha invitado un camarero ultra-simpático que estaba aburrido secando la lluvia de las sillas y mesas en una terraza, y prácticamente me ha obligado a sentarme cuando pasaba por allí. Juro que le he dicho que no quería café, pero ha entrado al asalto, insistiendo en invitarme y colocarme en la terraza desierta (las técnicas de marketing cada día son más agresivas, vive Dios). Además, recordemos que no había tomado café, con lo cual también he sido más fácil de convencer. Me ha dado palique, me ha invitado a café, y me ha llamado guapa y preciosa gratis también, más no se puede pedir la verdad. Parece como si los hados hubieran decidido premiarme de alguna manera tras mi áspera experiencia en el restaurante-de-nunca-jamás. ¿Será verdad eso del ying y el yang? ¿Que cada polo tiene su opuesto y que después de la tempestad viene la calma? ¿que el bien y el mal son dos caras de la misma moneda? Desde luego esta tarde ha sido de extremos radicales: creo que he conocido a la camarera más borde y al camarero más simpático y resalado de mi barrio, todo en menos de una hora y a menos de 500 metros de mi casa. Para que luego digan que es necesario viajar mucho para conocer gente, culturas y costumbres diferentes y exóticas, jeje.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

SCARIOLO DIMISIÓN

BALONCESTO. Sí, BA-LON-CES-TO, con todas las sílabas. Ay, qué nostalgia me ha entrado estos días de aquella celebración allá por septiembre de 2006, con Pepu diciendo estas sílabas en voz bien alta y reivindicando este gran deporte. Esta vez, las sílabas que yo utilizaría son DE-CEP-CIÓN, con un amargo sabor de boca. En fin, estos días he tenido bastante sobredosis de ver partidos de basket del Mundobasket de Turquía y, de verdad que no reconozco a mi querida selección. Sí estoy muy orgullosa de los jugadores, veo que todos y cada uno se han dejado la piel en la pista, pero aquel espíritu del equipo 2006 en mi opinión se ha esfumado. Solo ha reaparecido en breves minutos, como por ejemplo esa pedazo remontada ante Argentina en el partido para el quinto puesto, aunque al final no sirviera de nada.

La selección ya no juega como estábamos acostumbrados y eso es un hecho. Y es verdad, se puede notar la falta de Pau, y la de Calderón, pero me parece que debemos recordar que la final de Japón 2006 se ganó sin Pau en la pista, con un gran partido del resto del EQUIPO. Porque eso es lo que eran, un equipo compacto y sin fisuras, que se merendaban a los americanos con sus grandes estrellas y sus individualidades, y a quien hiciera falta. Porque el todo siempre es mayor que la suma de las partes. O al menos así debería ser en baloncesto, tal y como yo lo veo.

No se trata de buscar culpables, pero diré que no me gusta nada de nada el estilo de juego de esta selección desde que Scariolo la dirige. La defensa no es la misma, la garra del equipo no es la misma, el equipo está casi siempre "espeso", se hacen unos cambios incomprensibles a veces y unos sistemas de juego hiper-complejos y en muchas ocasiones nada efectivos. Y pese a que ganamos el europeo de 2009, en mi opinión es porque tenemos grandes jugadores, pero ya en aquel campeonato se notó mucho el cambio. Yo no sé si Scariolo es buen o mal entrenador, pero me parece que la conjunción entrenador-equipo no está funcionando demasiado bien, la verdad. Y resulta chocante, cuando menos, que se destituyera por unas razones bastante oscuras a un entrenador, Pepu Hernández, que imprimió aquel estilo de juego que tan bien iba a nuestros jugadores, que venía de ganar un mundial y ahora, cuando hemos quedado sextos tras un mundial así de gris, no esté claro si se va a estudiar hacer algún cambio. ¿Por qué no se plantean siquiera cambios, cuando ahora sí que hay motivos claros para preocuparse, problemas de verdad? Porque si la selección va a seguir haciendo este tipo de baloncesto en el europeo de Lituania, o en las Olimpiadas 2012, casi prefiero que ni se clasifiquen, así al menos me ahorro el mal rato.

Decepción la del mundial, pero preocupación porque a ver si ahora vamos a desaprovechar a una de las mejores generaciones de jugadores que hemos tenido... y nostalgia, muchísima nostalgia de aquellos tiempos en que teníamos muy claro a lo que jugábamos y a nuestros chicos se les llamaba los "chicos de oro" ...


En fin, que me sumaré al clamor popular que pulula últimamente por la web "SCARIOLO DIMISIÓN"!!

domingo, 5 de septiembre de 2010

La regia León


Estos días atrás he tenido la oportunidad de conocer León, por gentileza de J. Confesaré que únicamente sabía de la catedral y el parador de San Marcos, y que era una ciudad de tapitas muy ricas por lo que J. me había comentado. Pero en la ciudad me aguardaban otras muchas gratas sorpresas...

Una de las primeras fue descubrir los soprendentes murales del ayuntamiento, pintados por un tal Vela Zanetti. Resultó ser un leonés de adopción, nacido en un pueblecito de Burgos. Tanto me gustaron los murales que mi solícito guía me llevó inmediatamente a ver los cuadros y murales expuestos en la fundación que lleva su nombre. Sin ser yo ni aficionada, ni mucho menos entendida en pintura, quedé muy impresionada por la enorme expresividad de sus pinturas.


León es una de esas grandes desconocidas, ciudad antaño plagada de condes, caballeros e hidalgos de rancio abolengo, todos con su palacio más o menos lujoso y su escudo de armas, y algunos con más hambre que otros, pero eso sí: siempre bravos, dignos y luchadores. Y si no que se lo pregunten a las seis serpientes que salen del cesto de los Guzmanes, advirtiendo a sus enemigos de su suerte si se les ocurría atacarles ... Y como contraste al palacio de los Guzmanes, justo al lado el modernista Gaudí dejó también su impronta con la casa Botines, y su San Jordi (o Jorge) y su dragón.


La ciudad respira historia toda ella. Aunque pueda parecer lo contrario, no es el animal quien da nombre a la ciudad, sino más bien al revés. Curiosa costumbre esa que tenían antaño de acuñar como insignia un animal cuyo nombre tuviera un sonido parecido al de la ciudad, como "dragón" en el caso de "Aragón". León se deriva de la evolución de la palabra "Legio" (por la Legio VII, campamento romano ubicado donde ahora descansa la ciudad, dicen que acaban de descubrir incluso una Legio VI ...). Vamos, que la ciudad es mayor de edad: tiene unos 2.000 añitos, más o menos (para que luego otros hablen de su "hecho histórico diferencial").

Después tuvieron reyes cristianos para dar y regalar: multitud de Urracas y Alfonsos varios (hasta 9 tuvieron) y alguna Sancha que otra ... ahora lo que queda de ellos se encuentra en el panteón de los reyes en San Isidoro. Gracias a las hordas de bárbaros de un tal Napoleón sus ordenadas e inmaculadas tumbas quedaron transformadas en cuadras y abrevaderos, sus huesos esparcidos, revueltos y remezclados, y ahora es misión imposible saber quién era quién (aunque dicen haber identificado a dos de ellos, pero yo me pregunto cómo lo han conseguido, porque hasta donde yo sé los reyes de entonces no se sacaban muestras de ADN ni células madre para ahora poder contrastarlas... en fin misterios de la ciencia). Pero lo que sí sobrevivió a la guerra de la independencia fueron los frescos románicos del panteón, con su color original y dignos de contemplarse, sobre todo acompañados de una buena explicación de la guía, como fue el caso.

No, no me he olvidado de la catedral estilo Notre-Damme, sus monumentales vidrieras (probablemente de las más grandes que he visto), y su ángulo-tipo para la foto panorámica donde todo fotógrafo profesional y amateur quiere colocarse ;)

León tiene de todo, pues: muralla, catedral, palacios y hasta su plaza mayor con ayuntamiento de mentiras y bares inmutables al paso del tiempo como el casa Benito, con las mismas jarras de barro y bancos de madera de hace medio siglo (y con precios que recuerdan esa época, lo cual se agradece)

Y no hablemos de paisajes. Aunque pueden no ser los más bonitos, los páramos pletóricos de trigo a mí me encantan. Es como estar en una especie de océano amarillo, o en el desierto. Será que soy de sitio más bien montañoso que aquello de las planicies inmensas me encanta. Pero también tienen montaña para escalar. Y ríos que se pierden en hoces escarpadas. Y hasta cuevas misteriosas donde crecen fantasmas, hadas y vírgenes con niños, y que pretenden ser aquella gruta donde Julio Verne dio rienda suelta a su imaginación al querer viajar hasta el centro de la tierra ... menos mal que nosotros volvimos a salir a la luz, pese a que teníamos un guía de lo más optimista, como ese rubito paisano suyo que sale en "Desafío extremo". Estuvo muy bien, aunque fuera la visita "normal" y no la "especial" ;)


Pero lo mejor de todo llega al caer la noche, la ciudad ofreciendo la verdadera personalidad y gustos de los leoneses: salir, y comer, y beber, y reirse. Como Dios manda. Esos vinitos, esos cortos (y algún butano de vez en cuando, para no caer en redondo). Ese sabroso picadillo, tan "ligerito" no apto para novatos preocupados por una posible mala relación mucha bebida-poca comida. Pero bueno, por si te has quedado con hambre, todo ello lo puedes rebajar muy bien al día siguiente con un frugal piscolabis en esas bodegas auténticas excavadas en la montaña donde ahora además de vino puedes encontrarte con un chuletón, un entrecot o unas modestas "chuletitas".

En fin, me despedí muy satisfecha de la ciudad, diciendo adios también a mi vasco-leonés favorito. Hasta el dios fumeta que guardaba una de sus puertas me dijo adios con cierta pena, me pareció. O tal vez hasta luego.

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